Ateneo de Córdoba. Calle Rodríguez Sánchez, número 7 (Hermandades del Trabajo).
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Francis Ford Coppola
Francis Ford Coppola (nacido en Detroit, el 7 de abril de 1939) es un guionista, productor y director de cine estadounidense cinco veces ganador del premio Óscar. Hijo del compositor y director de orquesta Carmine Coppola y la actriz Italia Pennino Coppola, ingresó a la Universidad Hofstra para estudiar Artes Dramáticas, y años más tarde se tituló en Artes Teatrales en la UCLA. Su carrera inició en 1963 con la dirección de Dementia 13, de la cual también realizó el guión. Desde eso ha dirigido más de una veintena de películas, algunas de ellas aclamadas por la crítica cinematográfica, entre las que destacan producciones como La conversación (1974), la bélica Apocalypse Now (1979) o la adaptación al cine de la novela de Bram Stoker Drácula (1992). Sin embargo sus obras más reconocidas y ovacionadas son El Padrino y El Padrino II, ambas adaptaciones del Best-seller homónimo del novelista italoamericano Mario Puzo, la primera es una de los filmes más reconocidos y elogiados de todos los tiempos, que le hizo acreedor a dos nuevos premios de la Academia por Mejor película y Mejor guión adaptado (que compartió con Puzo por co-escribirlo), mientras que la segunda es la secuela más apreciada en la cinematografía estadounidense (la única secuela en ganar un Óscar), con la que recibió un premio de la Academia por Mejor director.
Es considerado uno de los más grandes directores de la segunda mitad del siglo XX y uno de los más grandes de todos los tiempos, siendo El Padrino recurrentemente elegida en encuestas como una de las mejores películas de la historia, y Apocalypse Now una de las más grandes películas de culto en el sistema de producción de Hollywood.
Desde sus inicios Coppola desarrolló de igual forma su carrera como productor, destacando los dos primeros filmes de su amigo George Lucas, THX-1138 y American Graffiti, y otras como Kagemusha, Kinsey o Sleepy Hollow.
Fuera de las luces de la farándula se desempeña como viticultor, hotelero y publicista. Es padre del director de películas y videos musicales Roman Coppola y de la actriz, directora, productora y guionista ganadora del Óscar Sofía Coppola, así como tio del actor Nicholas Kim Coppola, conocido como Nicolas Cage, y hermano de la actriz Talia Shire.
Contenido
Infancia y juventud
Nació en Detroit, Míchigan. Hijo de Carmine Coppola (director de orquesta y flautista), y de Italia Coppola, (actriz que trabajó en su juventud en Italia). Es hermano de Talia Shire Coppola, padre de Sofia Coppola y tío de Nicolas Cage. A los nueve años cayó gravemente enfermo a causa de la poliomielitis, que le tuvo postrado en la cama cerca de un año en estado casi paralítico. Durante ese tiempo su única distracción fueron las marionetas y las películas familiares en "Súper 8".
En 1957, decidido a convertirse en artista, ingresó a la Universidad Hofstra con 18 años de edad y se inscribió en la carrera de en Artes Dramáticas, donde llamó la atención por un montaje que realizó de Un tranvía llamado Deseo (A Streetcar Named Desire, de Tennessee Williams). Allí conoció a varios colaboradores, entre ellos Ronald Colby y Robert Spiotta, quienes ayudarían en la producción de El Padrino, y también a los actores James Caan y Lainie Kazan, con quienes entablaría amistades duraderas. En 1960 obtuvo el título de Artes Teatrales y ese mismo año se graduó en la UCLA, cuyo plan de estudios no le agradó, pero le facilitó sus primeros contactos en la industria en la que pensó hacer fortuna y gloria.
Años 1960
A principios de la década de los sesenta empezó a hacer películas, aunque lo primero que hizo son nudies (películas eróticas) de bajo presupuesto, pero esto no le importó. En este período completó los filmes Tonight for Sure y The Bellboy and the Playgirls, mediometrajes con desnudos y en los que demostró escaso interés. En 1962 conoció a Roger Corman, quien vio en Coppola a un joven talentoso con potencial para ser instruido en el medio cinematográfico, y seguidamente establecieron una relación profesional en la cual él se convirtió prácticamente en su asistente personal.
Dementia 13
Su primera película acreditada fue Dementia 13, un largometraje de terror de bajo presupuesto hecho para Corman en 1963 y rodado en el transcurso de nueve días en Irlanda. Pero ese mismo año ya había participado en la realización, sin aparecer en los créditos, de otro filme para el mismo director y productor, denominado The Terror. Se sabe que Coppola montaba y colaboraba en muchos filmes de su mentor Corman mientras estudiaba en la universidad. No obstante, a Corman no le agradó el resultado final de la película y contrató a otro equipo dirigido por Jack Hill para que finalizase el rodaje, rompiendo definitivamente su relación con Coppola.
You're a Big Boy Now
No fue hasta 1966 cuando Coppola dirigiría su primer título destacable, You're a Big Boy Now, entre otras cosas porque por primera vez incluía en él temas e inquietudes que le eran propios, tales como la búsqueda de independencia vital y el retrato de la juventud como uno de los tesoros malgastados de la sociedad. Filmado como su proyecto de fin de carrera, obtuvo por él matrícula de honor. Parcialmente autobiográfico, de irrisorio presupuesto, hoy en día es un filme muy desconocido y pendiente de revisión por el gran público.
El valle del arco iris
A Coppola le ofrecieron dirigir un filme basado en la obra musical de Broadway El valle del arco iris, protagonizada por Petula Clark (en su primer filme americano) y el veterano Fred Astaire, y producida por Jack Warner, quien quedó desconcertado al ver el aspecto hippie de Coppola en aquella época. Adecuando material obsoleto a una época donde los musicales no eran populares, Coppola logró hacer un filme meritorio y su trabajo con Petula Clark contribuyó a que la actriz fuera elegida por primera vez como candidata para el Globo de Oro como mejor actriz. Hoy día es una película olvidada, incluso por su autor, y en su momento fue acogida con indiferencia.
The Rain People
Después de este encargo, Coppola decidió regresar con otro filme personal en el que poder demostrar que además de ser un buen director de estudio, con la capacidad de aceptar proyectos ajenos, era al mismo tiempo un autor con muchas cosas que contar y un estilo propio. Producto de ello es uno de sus filmes más personales, aunque también más desconocidos por el gran público: el drama The Rain People, que en 1969 le haría ganar la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
En 1969 funda su propia compañía productora, American Zoetrope, de la que era presidente ejecutivo y George Lucas vicepresidente. Cerraba así una prometedora primera década.
Años 1970
En 1971, Coppola ganó un Óscar al mejor guión original junto con Edmund H. Northon por el filme Patton. Su participación en este prestigioso y exitoso título era sólo el preludio de su década dorada, en la que se convertiría, progresivamente, en el director más influyente del mundo, el más exitoso, en un productor poderoso y de gran ambición.
El Padrino
Durante 1971 y 1972 se vio embarcado en el proyecto que le cambiaría la vida. Reacio en un principio a encargarse de la adaptación del best-seller homónimo publicado hacía pocas fechas por el escritor Mario Puzo, Coppola vería cómo su vida cambiaba una vez que el infernal rodaje, de tan sólo 52 días, terminaba y veía a su película convertirse en la más taquillera de todos los tiempos y en ganadora de tres premios Óscar importantísimos, y a sí mismo en un creador capaz de llevar a cabo los más ambiciosos proyectos imaginables.
Con el estudio disconforme con el reparto (especialmente por la presencia en él de la estrella Marlon Brando y del debutante Al Pacino) Coppola tuvo que pelear enconadamente con los ejecutivos de la Paramount para que le respetasen sus decisiones y para no ser sustituido a la semana de rodaje por un director más violento, pues creían que él no sería capaz de dotar al filme de la intensidad con la que esperaban atraer a millones de espectadores a las salas. Coppola les demostró, con la secuencia de la ejecución del gánster Sollozo y de su guardaespaldas el capitán McCluskey, a cargo de Michael Corleone, que tanto Pacino como él mismo eran los idóneos para protagonizar y dirigir la película respectivamente. Asimismo, Marlon Brando, en su colosal creación del Don, demostraba, una vez más, su grandioso talento para la caracterización extrema, que a partir de ese momento fue el paradigma del mafioso, que muchos de ellos intentarían imitar en su vida profesional.
Coppola, que coescribió la adaptación mano a mano con Puzo, en un principio se tomó el proyecto como un encargo profesional, pero poco a poco fue impregnando la historia con su propia experiencia ítalo-americana, dotando a la historia de una verosimilitud y una credibilidad pocas veces vista en esta clase de relatos negros. La soberbia fotografía del purista Gordon Willis y el diseño de producción del habitual en Coppola, a partir de entonces, Dean Tavoularis, terminaron por darle al primer filme de El Padrino ese aura de clasicismo inolvidable que durante más de treinta años sigue enamorando a los cinéfilos.
Pero la ambición y el talento de Coppola no conocían límites en aquel entonces y, decidido a convertirse en el más grande, estrenó dos obras maestras en 1974. Dos años después de El Padrino y convertido en multimillonario, filmaría La conversación y la segunda parte de la historia de Michael Corleone en El Padrino, parte II.
En la plenitud de su éxito y de su confianza en sí mismo, en marzo cosecharía seis premios de la academia de Hollywood por El Padrino, parte II (convirtiéndose en la primera secuela que se alzaba con el Óscar a la mejor película) y en mayo la Palma de oro por La conversación. Esta cinta, protagonizada por Gene Hackman en uno de sus más aclamados trabajos, era un soberbio estudio del sonido dirigido por Walter Murch, por el que ganaría el Óscar al mejor montaje de sonido (no en vano Hackman encarna a un profesional de las escuchas telefónicas), para un relato sombrío y lento, de gran densidad psicológica, basada en los silencios y en la reflexión más que en una dinámica más habitual en el género de la intriga. Considerada por muchos una de las obras magnas de su realizador, La conversación ha envejecido tan bien como los dos primeros padrinos.
Por su parte, El Padrino, parte II, con un presupuesto que doblaba el de su predecesora, lograba la gran hazaña de superar a un título mítico. Adentrándose en la tragedia (de raíz shakesperiana y homérica) de Michael Corleone, con la presencia, una vez más, de John Cazale, Robert Duvall, Talia Shire, Diane Keaton, y las incorporaciones de otros gigantes de su oficio como Lee Strasberg, Robert De Niro o Michael V. Gazzo; El Padrino, parte II se estructuraba en dos líneas temporales que se trenzaban de manera primorosa. Por una parte, nos narra cómo Vito Corleone huyó de Sicilia a Norteamérica y se convirtió en un rey de la mafia de Nueva York. Por otro, nos retrata la lucha de Michael Corleone por proteger a su familia de los poderosos adversarios que acosan a los Corleone. Coppola consiguió sus tercer, cuarto y quinto Óscar aquel año por aquella obra maestra.
Endiosado, encumbrado y rico, Coppola aún tuvo tiempo para escribir la adaptación de 1974 de El gran Gatsby y para producirle a su amigo George Lucas su segunda película, el gran éxito y mito generacional American Graffiti. Pero Coppola aún no había superado a su gurú, Orson Welles, y estaba dispuesto a intentarlo con la adaptación de Heart of Darkness.
Heart of Darkness (Apocalypse Now)
La primera película del joven Orson Welles tenía que haber sido la adaptación de la famosa novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, pero ese proyecto fue abandonado por su elevado costo. Casi cuarenta años después, no existía mayor aliciente para Coppola (como luego lo fue el proyecto de Drácula) que realizar el proyecto que su gran mito en el cine no había podido hacer.
Inicialmente, Coppola quería ofrecer la película, que él había coescrito con John Milius, a su gran amigo George Lucas. Dándose cuenta de que él mismo era el único con la ambición para llevarla a buen puerto, comenzó el rodaje el 1 de marzo de 1976, sin saber que hasta el 21 de mayo de 1977 no daría el último «corten» y hasta 1979 no la estrenaría, con el título Apocalypse Now.
La cinta únicamente toma como referencia del relato original a sus dos principales personajes, a un ambiente de salvajismo primigenio y al viaje psicológico y espiritual que Willard emprende en pos de Kurtz. Pero, una vez más, Coppola demostró su talento para extraer de un texto materiales insospechados cuando dotó a su filme de una épica militarista y densamente onírica. Pero casi desde el principio la desgracia se alió con el rodaje, y las tragedias y los desastres se sumaron uno tras otro. El protagonista Martin Sheen sufrió un infarto que a punto estuvo de acabar con su vida, aunque pudo regresar en sorprendente buena forma al rodaje. Un huracán destruyó gran parte de los decorados. Marlon Brando mortificó a Coppola con exigencias excesivas de dinero y planes de rodaje a su gusto. El presupuesto del filme se disparó rápidamente. El gobierno de Filipinas se llevaba los helicópteros que Coppola utilizaba para las escenas de batalla sin previo aviso, pues estaban en guerra.
Pero Coppola supo mantenerse a flote y, en la cuerda floja, utilizó la pesadillesca experiencia para aportar al rodaje un tono y una tensión nunca antes experimentados en una sala de cine. Con un tratamiento del sonido, obra de Walter Murch, y una fotografía, obra de Vittorio Storaro, en verdad memorables, Coppola firmaba una de las obras de arte más importantes de las postrimerías del siglo XX. Endeudado y casi enloquecido por el rodaje, pudo recuperar lo invertido gracias a la fama y la taquilla que inmediatamente acompañaron a su estreno. No en vano, en el Festival de Cannes, aún sin terminar el montaje, fue presentada y ganó la Palma de oro. Es célebre la rueda de prensa en la que Coppola dijo la famosa frase: «Mi película no trata sobre Vietnam. Mi película es Vietnam».
Muchos años después de aquella película, en 1991, vería la luz el excelente documental en torno a la rodaje y a la locura de aquella mítica película, Heart of Darkness, en la que los "supervivientes", especialmente Eleanor Coppola, hablan de sus experiencias en la jungla filipina.
Años 1980
Después de una década febril y esplendorosa, Coppola vería como sus sueños, uno a uno, especialmente el de mantener un estudio en San Francisco (los Zoetrope), ajeno a la industria de Hollywood, le llevaba a la bancarrota, con los bancos reclamándole miles de millones de dólares y la entrega de su casa y su patrimonio, y con la obligación de regresar a la realización de proyectos de encargo, después de acariciar la posibilidad de no tener que volver a hacerlo.
One from the Heart
En 1982 y convencido de que nada podía pararle, dirige el musical, creado a la vieja usanza, One from the Heart, que con un coste superior a los veinte millones de dólares, y una taquilla cercana a la décima parte de esa cifra, supondría su gran desastre como productor y dueño de unos estudios que de la noche a la mañana se verían desmantelados. Obra de gran mérito pero lastrada por encajarse en una época en la que a nadie le interesaban obras de esa índole, One from the Heart supone el "Titanic" personal de Coppola y la razón de su periplo vital por los años ochenta.
Hammett
En 1982 tiene que terminar el filme que le había encargado a Wim Wenders, Hammett, porque él sólo había terminado el 30% de la película. Wenders realizó un cortometraje titulado Reverse Angle, en el que documentó sus disputas con Coppola durante el rodaje de Hammett.
The Outsiders y Rumble Fish
Coppola realiza al año siguiente dos filmes y al siguiente, 1984, otro más, una superproducción de encargo. Los dos primeros, The Outsiders y Rumble Fish, se hallan entre sus obras más personales, arriesgadas y mejores. Ambos significan el descubrimiento de una cantera de actores, (Tom Cruise, C Thomas Howell, Matt Dillon, Patrick Swayze, Rob Lowe, Emilio Estévez, Diane Lane, su sobrino Nicolas Cage, Chris Penn) que triunfará en el cine norteamericano de las siguientes décadas y ambas son relatos de jóvenes rebeldes que viven la vida a su manera, con ideas románticas y desesperadas. De especial relevancia es la segunda de ellas, inspirada en Sed de mal en su tratamiento del blanco y negro y con el tema recurrente del paso del tiempo (esencial en la obra del cineasta).
Cotton Club
Pero el fracaso de ambas películas lo obliga a aceptar el encargo de dirigir la ambiciosa The Cotton Club cuando ésta llevaba una semana de rodaje, convencido por el productor de El Padrino, Robert Evans. Protagonizada por la estrella Richard Gere, Coppola logró colocar a su musa, la jovencísima Diane Lane, como compañera del protagonista. Coppola dirigió esta mezcla de musical y película de gánsters con destreza y buen gusto, y la crítica alabó el esfuerzo aunque parte de ella la recibió con tibieza y el público le dio la espalda. Su gran costo, superior incluso al de One from the Heart, y sus escasos resultados en la taquilla, terminaron por otorgar a Coppola una fama de derrochador y de director maldito. Su carrera parecía así herida de muerte.
Peggy Sue Got Married
En 1986 accedió a realizar un encargo más pequeño aunque muy personal, la exitosa Peggy Sue Got Married, en la que reincidía en su estudio, aquí atemperado, del paso del tiempo y en una visión romántica e ingenua de la narración audiovisual. Ese año, sin embargo, le golpeaba cruelmente la muerte de su primogénito Gio Coppola, en un accidente de moto acuática, mientras rodaba su filme Jardines de piedra. Al año siguiente filmo un episodio televisivo, «Rip Van Winckle», parte de la serie llamada "Faerie Tale Theatre".
Tucker
Intentando sobreponerse al desastre de su vida familiar y profesional, seguiría trabajando, aún con muchas dificultades. Lucas, devolviéndole el favor de American Graffiti y ahora que él era rico y su amigo Coppola era un hombre arruinado, accedió a producirle la muy personal, emotiva y brillante Tucker, protagonizada por Jeff Bridges y que se convirtió en una de las películas más emblemáticas de su autor, quien a través de un visionario del mundo del automóvil conseguía contar su propia historia de éxitos y fracasos. Esta fue la primera película en varios años en la que Coppola firmaba como Francis Ford, y no como Francis Coppola a secas, según algunos dando a entender que los filmes en los que firmaba de ésta segunda forma no eran más que meros filmes de encargo.
Tucker representa un explícito alter-ego del propio F. F. Coppola, tal como lo es Michael Corleone y, de un modo más perturbador, el Willard de Apocalypse Now. El visionario diseñador y constructor de coches revolucionarios viene a contar la propia historia de Coppola, pues ambos se enfrentan a las grandes compañías para intentar construir sus propios sueños.
Life without Zoe
Al año siguiente, y dando por finalizada su terrible década, participó en el filme coral, junto con sus amigos Woody Allen y Martin Scorsese, New York Stories, para el que dirigió el segmento "Life without Zoe", que la crítica no dudó en calificar como el peor de los tres.
Años 1990
El Padrino III
Decidido a salir de una vez por todas de su monstruosa crisis económica, Coppola accedió finalmente a realizar un filme más sobre la familia Corleone a cambio de un sueldo astronómico y de una tasa fija de intereses. Así, en 1990 se estrenó la conclusión de su colosal trilogía sobre Michael Corleone, con El padrino, parte III. Alejada de la épica y la energía de sus predecesoras, esta "coda", cómo el mismo gusta llamarla, es un relato crepuscular que no fue del agrado de muchos que esperaban una nueva aventura grandiosa de un todopoderoso Michael venciendo una vez más a sus enemigos. De hecho, la cinta cosechó numerosas críticas negativas, pese a un notable éxito de público que le permitió a Coppola cuadrar sus cuentas bancarias. En ésta ocasión, Michael es un anciano incapaz de sostener una lucha titánica y siniestra con el Vaticano, y ha de claudicar en favor del hijo bastardo de su hermano Sonny, Vincent (interpretado por Andy García, que resultó nominado al Óscar), para garantizar la supervivencia de su familia.
Coppola utilizó esta película, además, para exorcizar demonios personales, y no ha intentado ocultarlo. En un principio el papel de la hija de Michael iba a estar interpretado por la actriz Winona Ryder, quien abandonó a las pocas semanas el rodaje sin dar explicaciones, lo que obligó a Coppola a conceder el importante personaje de Mary a su propia hija, la entonces debutante Sofía Coppola, quien recibió un auténtico varapalo de los críticos por ésta interpretación. Pero su padre la defiende, y la puso ahí pues con ella en pantalla pudo exorcizar (dado que Michael Corleone es un alter-ego suyo) la muerte de su hijo Gio y superar por fin también la tragedia. De esta forma, esta arriesgada y poco valorada película significó una superación vital para Coppola en muchos sentidos.
La película obtuvo siete nominaciones y ni un solo premio, en favor de otra película considerada inferior por la crítica, Bailando con lobos de Kevin Costner. Esto certificó que, si bien Hollywood estaba dispuesto a admitir que el talento de Coppola no se había evaporado, no estaba dispuesto a hacerle regresar por la puerta grande ni a devolverle los privilegios de los que gozó en los años 70.
Drácula
Enseguida comenzó los trabajos para una adaptación de Drácula que él no escribió. Es sabido que Orson Welles siempre quiso adaptarla y por eso, entre otras razones, Coppola se esforzó tanto en ella. Con un reparto destacado (Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins, Keanu Reeves) y una gran producción (aunque no demasiado grande para Hollywood), Coppola emprendió una aventura en la que intentó recuperar el aroma del cine primigenio hecho con maquetas, sombras y efectos rudimentarios.
Aprovechó así la cercanía del centenario del cine y la casi coincidencia de la publicación de la novela y la invención del cine, para homenajear (véase la secuencia del cinematógrafo) con un tratamiento cercano, salvando las distancias, a lo que hubieran hecho con ese material los maestros del cine mudo y primeros años del sonoro, filmando con una cámara Pathé y su mecanismo de manivela.
Siendo la más fiel de las adaptaciones de la famosa novela, es también un ejemplo de infidelidad literaria por la relación amorosa entre el conde y Mina, no presente en la novela, pero que en ningún momento deslegitima la adaptación, sino que la enriquece con un nuevo punto de vista que da fuerza a la decisión del conde, no explicada en la novela, de viajar a Inglaterra, que perfectamente podría haber estado incluida en el relato original. Algunos personajes, como Lucy Westenra, que a menudo en las adaptaciones cinematográficas era fusionado con el de Mina, eran aquí tratados con especial detalle. Otros que casi nunca han aparecido en las películas sobre el conde, como el doctor Seward, el tejano Quincy Morris o el aristócrata Arthur Holmwood, eran así mismo dotados de una presencia mucho mayor y más interesante. Son muy elocuentes ciertos atuendos y apliques de Drácula, como un kimono rojo de larga cola y una peluca kabuki. En la película, el vestuario diseñado por Eiko Ishioka es el decorado. Una de las tres novias de Drácula está interpretada por Mónica Bellucci y la formidable banda sonora es obra del autor polaco Wojciech Kilar. La película contiene referencias al cine de Pabst, Murnau, Jean Cocteau y Abel Gance, y múltiples efectos visuales de fácil concepción (realizados con rudimentarios instrumentos), pero difícil ejecución: sombras que van a su bola, ilusiones teatrales, marionetas, maquetas pintadas en cristal, paredes que se mueven, escenas marcha atrás y continuos desafíos a las leyes de la Física en la naturaleza de las cosas, con el fin de dotar al relato de una extraordinaria atmósfera irreal; todo ello realizado por el magnífico fotógrafo Michael Ballhaus en colaboración con el hijo de Coppola (Roman Coppola, director de efectos visuales y ayudante de dirección) y Gary Gutiérrez, supervisor de efectos visuales.
A pesar de la citada controversia sobre la fidelidad/infidelidad al libro y sobre el tratamiento visual de la obra, tan alejada de todo lo conocido anteriormente, y en especial alejada de la típica imagen del vampiro creada por Béla Lugosi o Christopher Lee, Bram Stoker's Dracula fue uno de los mayores éxitos económicos de Coppola, con cuyos beneficios se compró el castillo de Inglenook y un extenso territorio dedicado a los viñedos, y logró tres premios Oscar: vestuario, maquillaje y efectos sonoros.
Jack
Recuperado por fin de su crisis económica y vital, volvió a aceptar extrañamente un trabajo de encargo con la personal pero ciertamente «menor», Jack, protagonizada por Robin Williams y que narra la vida de un niño que envejece cuatro veces más rápido de lo normal (reincidiendo en el viejo tema del tiempo).
The Rainmaker
Al año siguiente y firmando el guión por primera vez en siete años, filmó uno de sus filmes más emotivos con la adaptación de John Grisham The Rainmaker (conocido en castellano como Legitima defensa o El poder de la Justicia) protagonizada por Matt Damon, Claire Danes, Danny DeVito, Danny Glover y Jon Voight. Un drama judicial sobrio y emotivo con el que Coppola cierra los noventa.
Siglo XXI
Apocalypse Now Redux
En 2001 presentó en el Festival de Cannes un nuevo montaje de su Apocalypse Now, que lleva a cabo con sus colaboradores Vittorio Storaro y Walter Murch, y al que titula Apocalypse Now Redux, en la que añadió cerca de media hora de metraje inédito y que en su momento no le agradó. La nueva película entusiasmó a un sector de la crítica, que considera este montaje incluso superior al primero. Otros sectores fueron más fríos con esta propuesta.
Youth Without Youth
Después de casi diez años sin estrenar una nueva película, Coppola volvió con el melodrama Youth Without Youth, protagonizado por Tim Roth, Alexandra Maria Lara y Bruno Ganz, entre otros. Un filme de bajo presupuesto y rodado en Rumania con equipo europeo con el que Coppola se reinventa artísticamente después de diez años inactivo.
Tetro
En 2008 preparó en Argentina un nuevo filme, Tetro, relatando la inmigración italiana que pobló Buenos Aires en los inicios del siglo XX, hablada en inglés, con la anunciada participación de Vincent Gallo, Maribel Verdú, Alden Ehrenreich, Klaus Maria Brandauer, Carmen Maura, Rodrigo De la Serna, Leticia Brédice, Mike Amigorena, Sofía Gala, Érica Rivas, Silvia Pérez, Norma Pons y Adriana Mastrángelo.
Trabajo como productor
Prácticamente desde sus inicios como cineasta, F.F. Coppola ha desarrollado una encomiable y a veces fascinante carrera como productor, no solo de sus propias películas o las de sus hijos y amigos, sino de proyectos muy dispares a los que ha prestado su apoyo para que pudieran hacerse realidad.
Participó en las dos primeras películas de su amigo íntimo George Lucas, THX-1138 y American Graffiti, asumiendo parte de las pérdidas de la primera y financiando la propia distribución de la segunda cuando ésta no encontraba distribuidores (luego sería un grandioso éxito económico). A continuación se aseguró de que el proyecto de Black Stallion, y su secuela, llegaran a hacerse. Así mismo, una de las películas más emblemáticas de Akira Kurosawa, Kagemusha, existe gracias a su intervención como productor.
Contrastando con su progresiva pérdida de poder y control de sus películas como director, su labor como productor se ha ido afianzando a lo largo de las décadas, hasta unos productivos, prolíficos y exitosos años 90 en los que ha sabido compaginar proyectos ambiciosos (Kinsey, El Buen Pastor) con meras cintas comerciales (Sleepy Hollow, Jeepers Creepers, Don Juan de Marco, Mary Shelley's Frankenstein).
Otros trabajos
Vinos. En recientes años, se ha dedicado también a otros negocios, como la elaboración de vinos en el Valle de Napa de California, con su bodega Niebaum-Coppola.
Pasta. También produce una línea de especial de pastas y salsas: Mammarella.
Hoteles. Ha abierto hoteles en Guatemala, Belice, y recientemente en Buenos Aires, en el barrio de Palermo.
Revista. En 1997, Coppola fundó Zoetrope All-Story, una revista literaria que publica historias cortas. La revista ha publicado relatos de ficción de T. C. Boyle y Amy Bloom, y ensayos de David Mamet, Steven Spielberg y Salman Rushdie. Desde su fundación, la revista ha crecido en reputación para llegar a ser uno de las más importantes especializadas en la ficción literaria. Coppola sirve como editor fundador y publicista de todo tipo de historias.
Familia
Sus hijos lo han seguido en su carrera cinematográfica. Sofía Coppola, pese a las malas críticas iniciales cosechadas por su interpretación en El Padrino III, ha alcanzado una gran reputación como directora y guionista con los filmes Las vírgenes suicidas, Lost in Translation y María Antonieta. Otro hijo, Roman Coppola, también ha realizado algunos filmes. Además de sus hijos, su hermana Talia Shire, actriz de la saga de Rocky y de El Padrino, su padre, Carmine Coppola, fue un renombrado compositor y músico y escribió las melodías de muchos de sus filmes; y sus sobrinos Nicolas Cage, famoso actor de grandes producciones hollywoodienses, y Jason Schwartzman (hijo de Talia), también actor pero ha basado su carrera en el cine independiente.
Filmografía
Películas dirigidas
- 1963 — Dementia 13 (Dementia 13) • Guión: F.F. Coppola
- 1966 — Ya eres un gran chico (You're Now a Big Boy) • Guión: F.F. Coppola
- 1968 — Finian's Rainbow • Guión: E.Y. Jarburg y Fred Saidy
- 1969 — Llueve sobre mi corazón (The Rain People) • Guión: F.F. Coppola
- 1972 — El Padrino (The Godfather) • Guión: F.F. Coppola y Mario Puzo
- 1974 — La conversación (The Conversation) • Guión: F.F. Coppola
- 1974 — El Padrino II • Guión: F.F. Coppola y Mario Puzo
- 1979 — Apocalypse Now • Guión: F.F. Coppola y John Milius
- 1982 — One from the Heart • Guión: F.F. Coppola y Armyan Bernstein
- 1982 — Hammett • Director: Wim Wenders y Francis Ford Coppola
- 1983 — The Outsiders (película) • Guión: F.F. Coppola y Susan E. Hinton
- 1983 — Rumble Fish (La ley de la calle) • Guión: F.F. Coppola y S.E. Hinton
- 1984 — The Cotton Club • Guión: F.F. Coppola
- 1986 — Peggy Sue got married • Guión: Jerry Leightling y Arlene Sarner
- 1986 — Captain EO • Guión: Rusty Lemorande
- 1987 — Gardens of Stone (Jardines de piedra) • Guión: Ronald Bass
- 1987 — «Faerie Tale Theatre: Rip Van Winckle», episodio televisivo de Faerie Tale Theatre• Guión: F.F. Coppola
- 1988 — Tucker: The Man and His Dream (Tucker) • Guión: Arnold Schulman y David Seidler
- 1989 — «Life without Zoe», episodio de Historias de Nueva York (New York Stories) • Guión: F.F. Coppola y Sofia Coppola
- 1990 — El Padrino III • Guión: F.F. Coppola y Mario Puzo
- 1992 — Drácula de Bram Stoker • Guión: James V. Hart
- 1996 — Jack • Guión: James DeMonaco y Gary Nadeau
- 1997 — The Rainmaker (El Poder de la Justicia / Legítima defensa)• Guión: John Grisham (novela) y F.F. Coppola
- 2007 — Youth Without Youth • Guión: Mircea Eliade (cuento) y F.F. Coppola
- 2009 — Tetro • Guión: F.F. Coppola
Guiones escritos
- 1966 — This Property is Condemned • Director: Sydney Pollack
- 1966 — ¿Arde París? • Director: René Clement
- 1970 — Patton • Director: Franklin J. Schaffner
- 1974 — El gran Gatsby • Director: Jack Clayton
Productor
- 1971 — THX-1138 • Director: George Lucas
- 1973 — American Graffitti • Director: George Lucas
- 1979 — The Black Stallion • Director: Carroll Ballard
- 1982 — The Escape Artists • Director: Caleb Deschanel
- 1983 — The Black Stallion Returns • Director: Robert Dalva
- 1985 — Mishima: A Life in Four Chapters • Director: Paul Schrader
- 1987 — Lionheart • Director: Franklin J. Schaffner
- 1987 — Tough Guys Don't Dance • Director: Norman Mailer
- 1988 — Powaqqatsi • Director: Godfrey Reggio
- 1992 — Wind • Director: Caroll Ballard
- 1993 — The Secret Garden • Director: Agnieszka Holland
- 1994 — Mary Shelley's Frankenstein • Director: Kenneth Branagh
- 1995 — My Family • Director: Gregory Nava
- 1995 — Don Juan De Marco • Director: Jeremy Leven
- 1995 — Haunted • Director: Lewis Gilbert
- 1995 — Dead Man • Director: Jim Jarmusch
- 1997 — Buddy • Director: Caroline Thompson
- 1999 — The Virgin Suicides • Director: Sofia Coppola
- 2011 — On the Road • Director: Walter Salles