Pasión por el teatro

El Grupo de Teatro del Ateneo de Córdoba, formado por varios amigos sin una formación teatral académica, sin otras armas que su entusiasmo y su amor a la escena, echó a andar en el año 1995 con una apuesta difícil: La venganza de Don Mendo de Pedro Muñoz Seca. Y digo difícil no sólo por su complicada escenografía, por ser una obra casi coral y además en verso, sino porque algunos vanguardistas trasnochados reniegan de ella por la ambigüedad política de su autor y porque algunos de sus planteamientos chocan contra lo que, en determinados momentos, se considera políticamente correcto. Así, aunque no es habitual que se haga una crítica del montaje de un grupo aficionado que no suele cobrar por sus actuaciones, un crítico teatral, al parecer también aficionado, con dudosa motivación y el punto de mira algo extraviado, saludó su primera aparición pública con un artículo que titulaba "Vuelve el teatro paleto", sin caer en la cuenta de que pretendiendo atacar al Grupo, él mismo se ponía en evidencia al negar la validez de una obra que otros autores y críticos de más envergadura han aceptado como genial. Pese a todo, las distintas representaciones del Don Mendo bajo la dirección de Carlos María Blanco alcanzaron un nivel más que aceptable y con actuaciones dignas de destacar como la de Manuel Pérez Cortés y Mercedes del Rey en los papeles de Don Mendo y Magdalena, y la magnífica creación del carcelero por parte de Daniel Benítez.

Desoyendo este tipo de críticas, lo que demuestra su independencia, el grupo siguió en la misma línea al representar la obra de Tono y Mihura Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario. Obra quizá menos compleja de escenificar pero representada igualmente con éxito en Córdoba y algunas localidades de la provincia, en la que Enrique Milán, en el papel protagonista, recreaba un genial rico deprimido.

A partir del año 2000 se produce un cambio importante en el grupo, que pasa a denominarse Ateneatro, al hacerse cargo de la dirección la actriz cordobesa Marisol Membrillo, la cual ha realizado un admirable trabajo de puesta en escena y dirección de actores y ha dado un giro a la actividad del grupo con la representación de la obra de Woody Allen Tócala otra vez, Sam, salvando airosamente la dificultad que supone llevar a escena el humor un tanto particular del autor neoyorquino y representarlo en algunos lugares donde podría ser difícilmente comprensible. A destacar en este montaje la actuación de Fermín García Zurita en el papel de Allan Félix, el alter ego neurótico y lujurioso del propio autor y la iluminación realizada por Alberto Álvarez que hacía más comprensible el mundo de ensoñaciones que aparecen continuamente en la obra.

En la actualidad, el grupo Ateneatro, creo que dando otro paso adelante, prepara la obra de Milan Kundera Jacques y su Amo, basada en la novela cervantina de Diderot Jacques el Fatalista, en la cual dos personajes, el amo y su criado, deambulan por los caminos de Francia rememorando su pasado y reflexionando sobre el destino, la vida y la creación artística, con un punto de humor cínico y desgarrado.

No quiero terminar estas líneas sin recordar a otros componentes que no han sido citados pero que han participado asiduamente en los trabajos del grupo y son igualmente protagonistas: Lola Basallo, Elvira Madueño, Rosa Cuevas, Soledad Monterde, Salud Gordillo y otros muchos amigos y “actores virtuales” que vienen y van y hacen que el sueño de este Grupo permanezca vivo.

'''Francisco Jiménez Doctor'.
Miembro del Ateneo. El Arca del Ateneo (1998)