Liviana

Sobre el cante conocido por livianas hay también mucha confusión. Por llamarse liviano el asno puntero que dirige la recua hay quien ha deducido que las livianas proceden de las tonadas propias de los arrieros. Y la verdad es que los temas de sus letras suelen hacer referencia a los trabajos y vicisitudes de dicha profesión. Pero ello también puede ser debido a la convicción previa de dicha procedencia. Otros atribuyen a esta palabra una significación de liviandad, y así se trataría sólo de una toná o de una seguiriya la más liviana entre todas las de su especie. Pero quien mayores precisiones ha hecho al respecto, como casi siempre de los cantes que él considera de origen gitano se trate, ha sido Ricardo Molina. He aquí sus palabras: “Conocemos tres tipos de livianas, situadas las tres en un plano ambiguo. Las más recientes noticias, que hemos podido recoger de la tradición oral gitana, nos remiten a una modalidad sui géneris llamada en tiempos (principios del XX) toná y liviana, de la que probablemente procede el nombre de liviana. Esta especia de toná se nos muestra en su forma actual como un cante compuesto con algo de serrana, mucho de toná (aires de debla en su tercer verso) y no poco de seguiriya. Las otras dos modalidades de liviana están más lejos de la seguiriya y manifiestan mayor aproximación a la serrana”. Pero Caballero Bonald, bastante más sereno, , y sobre todo menos gitanista a ultranza que Molina, abriga ciertas dudas al respecto. Dice así: “Antonio Mairena (recuérdese que este cantaor asesoraba a Ricardo Molina) ha sacado a flote una perdida especie llamada toná y liviana que es una mue interesante forma compuesta, cuya integridad histórica no resulta fácil fijar con suficiente fundamento”.

Por mi parte, estoy seguro de que quien escuche con la debida atención interpretar dicho cante a José Menese o al propio Mairena, empezará inmediatamente a sentirse asaltado por las mismas dudas que expone Caballero Bonald. Con todo, es muy posible que las otras dos formas de liviana a que Molina se refiere posean más identidad propia que esta llamada toná liviana.

Las livianas suelen cantarse a modo de salía (salir por livianas) antes de las serranas, cuya melodía, al igual que las de algunas nanas y cantes de trilla, recuerda.

La métrica de su copla coincide con las de las seguidillas castellanas: cuatro versos, eptasílabos y en blanco el primero y tercero; pentasílabos y asonantados los otros dos.

Por esa vereíta

en que mal hora

tuvimos que encontrarnos

los dos a solas.

¿De quién son esos machos

Con tanta sea?

Son de Pedro Lacambra.

Va pa Gilena

Fuente

• Andrés Salom (Didáctica del cante jondo. Ediciones 23-27. Murcia, 1976)